“El hombre se hace, no está todo hecho desde el principio, se hace al elegir su moral, y la presión de las circunstancias es tal, que no puede dejar de elegir una. No definimos al hombre sino en relación con un compromiso.” (Sartre, 1990, p. 60)

La angustia y la náusea


En la existencia sólo hay lo que hemos moldeado nosotros en ella, es decir algo contingente y gratuito. Esta experiencia de absurdidad de la existencia es la náusea, el asco hacia este mundo de confección y la ausencia total de necesidad de la existencia. La náusea, según Sartre, nos permite descubrir el fondo del ser y esto es lo que nos conducirá a una nueva cosmovisión. Sartre vuelve sobre la filosofía de Heidegger no sin antes analizarla en algunos aspectos:
·         La náusea es el sentimiento de asfixia que produce el descubrimiento de la existencia y es la angustia la que me revela como conciencia de objeto y de acto que no precede a la propia existencia, y me convence que la nada es la que acosa la existencia.
·         Se produce la náusea cuando descubrimos que existimos y la angustia por la toma de decisiones
El sentimiento de repulsión y convencimiento que existimos, es el asco cuando nos damos cuenta que existimos, Sartre lo llama náusea.

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