“El hombre se hace, no está todo hecho desde el principio, se hace al elegir su moral, y la presión de las circunstancias es tal, que no puede dejar de elegir una. No definimos al hombre sino en relación con un compromiso.” (Sartre, 1990, p. 60)

La libertad

El ser y la nada
En su primera obra filosófica, El ser y la nada (1943), Jean-Paul Sartre concibe a los humanos como seres que crean su propio mundo al rebelarse contra la autoridad y aceptar la responsabilidad personal de sus acciones, sin el respaldo ni el auxilio de la sociedad, la moral tradicional o la fe religiosa. El hombre es libre de elegir lo que es, como condición necesaria de la auténtica existencia humana.

El verdadero espíritu de la obra de Sartre es el tema de la libertad. Se trata de darle la absoluta responsabilidad al hombre de su existencia y descartar cualquier supuesto que indique una moral objetiva externa o una esencia definida. Sartre reniega de las reglas impuestas como normales o morales y considera que alinearse a ellas es indecente. El hombre elige a sí mismo quien quiere ser, porque es plenamente libre. Debe abandonarse a la propia convicción y lógica, eliminando todo lo que tenga incorporado de la sociedad y los dictados externos, influencias familiares y profesionales, y de la tradición o religión; y renunciar al pasado, porque el pasado está muerto y fosilizado.

"El hombre es esclavo de su libertad"
 La libertad
La libertad produce angustia porque el hombre debe tomar todo tipo de decisiones, constantemente debe elegir y son esas elecciones la que producen la angustia. Sartre dice " el hombre es esclavo de su libertad". La libertad tiene como fundamento la nada, como posibilidad para ser, por la conciencia, que me obliga a ser libre eligiéndome a mí mismo y sin poder contar con nada más que conmigo mismo. Solamente puedo renunciar a mi libertad si actúo de mala fe, que es lo que hacen los indecentes, los que actúan según normas objetivas, sin convicción propia. El hombre que renuncia a la libertad se convierte en una cosa y termina siendo un objeto. La libertad es difícil de llevar porque coloca en mí toda la responsabilidad de mis actos y los actos del resto del mundo, porque al actuar estoy habilitando a todos a hacer lo mismo. Pero es el único valor absoluto, y sólo por la libertad existen otros valores.

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